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viernes, 13 de junio de 2008

164) DESLUMBRANTE JOSS STONE

Dicen unos amigos que tenemos allá en la Ciudad de la Furia que la noche del miércoles 11 en Buenos Aires fue diferente. O por lo menos lo fue para una cierta cantidad de privilegiados que en la capital del país pudieron presenciar un brillante, qué digo brillante... ¡un fogoso y sensacional espectáculo!, donde lo de "fogoso" es por el calor y la energía que se produjo en el escenario y lo de "sensacional" por las palpitaciones, cosquilleos y emociones que sintió el público que acertó en elegir ese encuentro con Joscelyn Eve Stoker, más conocida como !Joss Stone!
Dos intensas crónicas* nos llevarán a revivir, casi como si hubiésemos estado allí (para lograr el clima necesario, en este mismo instante poné a sonar el cd "Introducing Joss Stone", o "The soul sessions", o "Mind, body and soul" ¡y subí el volumen mientras leés esto!!), en esa primera noche porteña de Joss.
Estalla la música en escena, y...

JOSS STONE OFRECE SU MEJOR VERSION DEL SOUL CLASICO


Buenos Aires, 12 de junio (Télam).- Soul, funky, R&B, algo de reggae y hip hop estuvieron presentes anoche en el Luna Park durante el estupendo show ofrecido por la cantante británica Joss Stone, acompañada por una banda notable.
Blanca, con apenas 21 años, este bombonazo de 1,80 metro nacida en Dover, recorrió los arcones de la mejor música negra, la de los sellos Motown y Stax, los sacó y actualizó y los presentó en su mejor forma ante más de 7.000 argentinos.
Surgida en 2004, con el disco ‘The Soul Sessions‘ en el que recorría clásicos de la música americana, incluyendo el country, Stone es una de las mejores voces de la música negra, a pesar de ser blanca e inglesa.
Ayer quedó demostrado cuando cantando desde su alma, entrañas y corazón, entregó más de una hora y media de simpatía y buenas canciones.
Acompañada por una banda notable, de sesionistas con buena sintonía, la cantante demostró que lo suyo es el canto y no la gimnasia vocal a lo Mariah Carey o Christina Aguilera.
Los modelos de Stone son Aretha Franklin, Etta James y Dionne Warwick, entre otras y así lo hizo notar anoche cuando abrió con ‘Girl They Won’t Believe It‘, una composición propia de su último disco ‘Introducing‘.
Vestida con un solero suelto, que dejaba ver la deliciosa extensión de sus piernas, Stone recorrió el escenario totalmente descalza, repartiendo sonrisas de asombro ante la buena recepción de la gente.
‘Headturner‘, también de su último disco, permitió lucirse a los tres coristas negros, que además le pusieron sabor y calor a una noche de buena música.
En la balada ‘Tell Me What We’re Gonna Do Now‘, Stone puso en juego su emotividad y le sacó el jugo a su voz, contagiando a la gente, que corría al pie del escenario para fotografiarla y entregarle flores y peluches.
Una de las últimas grandes figuras de la música negra es Prince y sobre todo lo que entregó el geniecillo de Minneapolis se aposentó Joss Stone para entregar una versión funky sucia pero bailable de ‘Super Duper Love‘ de su primer álbum ‘Soul Sessions‘, un cover soul de los años ’70.
Por ahí pasaron algunas partes del ‘Get up‘ de James Brown, mientras el estadio bailaba y se extasiaba con la dulzura de la británica, que no gasta energía en coreografías gimnásticas a lo Britney Spears.
Siempre tomando un te caliente, Stone unificó dos canciones el clásico de Waylon Jennings ‘The Chokin’ Kind‘ y la propia ‘Bruised But Not Broken‘, haciendo pases mágicos con su garganta y logrando que el director de cámaras se posara sobre su tentadora boca.
En la balada ‘Music Outro‘, Stone demostró que los ritmos lentos son los que mejor le van, pero también el rock souleado como lo demostró en ‘Fell In Love With A Boy‘, su versión de una canción de los White Stripes.
Junto con la banda y los tres coristas se puso a jugar con la gente, haciendo cantar a cada rincón del Luna Park mientras la canción de Jack y Meg White se convertía en un reggae.
El guitarrista y Joss se lucieron luego con la cancioncita pop ‘Big Old Game‘, y la banda trasladó a la gente a Chicago o a Nueva Orleans en el soul ‘Dont Cha Wanna Ride‘.
El cierre de la primera parte fue para el hip hop de ‘You Had Me‘ de su disco ‘Mind, body & soul‘, mientras que en el funky ‘Tell Me ’Bout It‘, cada miembro de la banda tuvo su solo, aunque el segmento se lo robaron los coristas cantando clásicos de la música negra.
‘Right To Be Wrong‘, una balada de ‘Mind, body & soul‘ fue la elegida para el cierre, en la que Stone jugó con la gente pidiéndole que la dejara terminar y anunció que el sábado 21 de junio tocará de nuevo en el Luna Park.
Tras sonreír un buen rato y arrancar una ovación de la gente, la banda arrancó con una versión de ‘No Woman No Cry‘ de Bob Marley, mientras la cantante repartía entre el público rosas blancas y rojas.
Saludo emocionada y se retiró, a sabiendas que había entregado lo mejor de la magia del soul, en una versión notable, cuidada.

JOSS STONE: CERCA DEL CIELO Y LA PERFECCION

BUENOS AIRES, jun 12 (Por Adrián Villegas, DyN) - Dicho popular o lugar común. Como se prefiera, parece toda una entera verdad el hecho de que los gustos -esos vestidos de placeres máximos, casi inalcanzables- hay que dárselos en vida.
Parte de la gente que fue a ver a Joss Stone debe haber hecho un gigantesco esfuerzo económico para hacerse de entradas carísimas, a precio de primer mundo liso y llano.
Pero no hubo lugar para la culpa: la inglesita de 21 años ofreció un concierto descomunal desde cualquier ángulo que se observe o analice, y los 6 mil espectadores se fueron regocijantes del Luna Park. Queda claro que otra parte, muchos según la particular noción de prevaleciente público nivel ABC1, no entran en tal sacrificada consideración.
Desde una estricta y ultra exigente visión crítica, que a veces hasta puede sonar odiosa o injusta, podría arriesgarse que al espectáculo le faltaron al menos media docena de canciones, entre ellas infaltables hits, y que resultó demasiado evidente que su duración, quizá por razones contractuales, no tenía que superar la hora y media.
Pues bien, Joss, con tres discos a cuestas y una vitalidad arrolladora, tenía para agregar al set list bastante más que los 14 temas que, reloj modesto, consumieron exactísimos noventa minutos. Sí, claro: impresionantes e inolvidables noventa minutos.
La princesita blanca del soul cubrió y hasta superó todas las expectativas en cuanto a sus dotes artísticas y elegancia de clase sin par entre sus colegas.
Desde su primer movimiento, vocal y físico, todo lo hizo bien, delicadamente y con otra cualidad invalorable, cual fue su modestia.
Sin el más mínimo atisbo de demagogia, no necesitó decir hasta el hartazgo, como la mayoría de los extranjeros, ‘gracias Argentina, gracias Buenos Aires, los amo a todos, este es el mejor país y el mejor público del mundo‘. Cuando tuvo que decirle algo a la gente, le preguntó al tecladista Abel Pabón cómo hacerlo en un español que desconoce por completo. En ese punto, también fue acertadamente ahorrativa: ‘gracias por tenerme aquí‘ y ‘te quiero también‘, fue lo único que le sopló su compañero en todo el show que terminó con el grandioso ‘No woman no cry‘, del mítico jamaiquino Bob Marley. El reggae ya había debutado en el inicio del décimo capítulo, a través de un soberbio ‘You had me‘, de su segundo cd Mind, body and soul (2004) que en versión extendida incursionó en blues, con un final fosfórico del más puro soul.
Lindísima con su sensual vestido enterizo y primaveral que dejaba ver generosamente sus marcados muslos y la desnudez de sus preciosos pies descalzos, Joscelyn Eve Stoker se presentó por primera vez en el país munida de una banda de primerísimo nivel, a la que hacia la mitad de la presentación le concedió un set de solos en tiempo y forma adecuadas para que todo transcurriera en armonía. Los coristas, dos mujeres y un hombre con promisorio futuro de grandes solistas, tuvieron su instante de gloria al levantar de sus butacas a la multitud, mientras que fue razonablemente menos estridente la actuación de los dos tecladistas, guitarrista, bajista y del dúo de saxofonistas.
La apretada lista de temas incluyó siete de los catorce temas que componen su último trabajo ‘Introducing Joss Stone‘ (2007): el algo frío ‘Girl, you won´t believe me‘, los ensoñadores ‘Head turner‘, y ‘Tell me what we gonna do now‘, el abrasivo ‘Bruised but not broken‘, ‘Music‘, en el que mezcló dos de sus influencias esenciales en su carrera, Aretha Franklin y Janis Joplin, ‘Big ol game‘, de ritmo lunar cuarto creciente y ‘Tell me about it‘, en el que coquetea victoriosamente con el pop.
El primero de los dos bises fue el vibrante ‘Right to be wrong‘, de Mind, body and soul y, en un punto culminante de agitación y sonoras palmas, se situó el cuarto track ‘Superduper‘ de su disco debut Soul sessions (2003), del cual también tocó el energizante ‘Fell in love‘.
Ante una afición mayoritariamente femenina, megaproducida y ciento por ciento fashion, entre la que pudo fisgonearse a un nutrido lote de modelitos todas blondas ellas, pertinaz tendencia mediante, la maravillosa voz blanca del soul completó su faena con las movedizas ‘Don´t cha wanna ride‘ y ‘You had me‘.
Tan fascinante fue la noche del miércoles, que hasta el sonido del Luna Park se alió a la fiesta regalando una tonalidad fina, tersa, ajena a su naturaleza imperfecta y problemática.

(*) Por gentileza de diario Pregón