115) PERSONAL FESTICHOLA
DÍA 2 EN EL PERSONAL FEST 07:
Si la primera noche nos ganó por cansancio, el pronóstico para el segundo round no era muy favorable a nosotros. Pero un buen almuerzo con amigos -Marcelo y Karina- nos proveyó de la energía necesaria para afrontar la segunda noche del Personal Fest 2007.

Pero el trabajo es el trabajo, y a Buenos Aires fuimos a eso, a trabajar, sí señor. Aunque usted no lo crea. Pero debemos admitir que su duda se justifica, porque la verdad... ¡la pasamos joya, loco!!! Cómo si no, con la programación de la segunda jornada.
Adrenalina. Esa fue la sustancia que produjo el cuerpo durante las casi siete horas de música que vivimos. El cuore a cada rato se aceleraba: era adrenalina emotiva, no de vértigo, aunque las sensaciones en verdad eran fuertes.

Apenas llegamos al Club Ciudad de Buenos Aires nos acordamos de Marcela Cabrera Aubert, la conductora del 90.1 que tanto "manijeó" en los últimos meses en su programa ABC Hits al Cuarteto de Nos, la banda uruguaya que allá por septiembre te sedujo la oreja con su "Yendo a la casa de Damián" y semanas más tarde disparaba "No sé que hacer conmigo".


Este tipo nos deslumbró con sus piruetas vocales y físicas, siendo que su partenaire vocal -una menuda cantante negra- no se quedaba atrás aunque siempre quedó en claro quién manda en escena. Fue ella quien con ganas se puso una peluca rosada flúo que al final del show regalaría a una fan, cuando ambos saltaron por encima de las vallas de seguridad para saludar personalmente a parte del público que los aclamaba al costado del escenario.

Para seguir husmeando en la propuesta internacional del Personal Fest, elegimos a continuación el espacio más pequeño, rodeado de árboles y muy íntimo, ideal para escuchar al brasileño Ed Motta, hacedor de un estilo en el que a bordo de la esencia de la música de su país se va de viaje por interesantes caminos funk y ritmos aledaños y otros no tanto.

La espera hizo que uno se dedicara a mirar hasta las distintas variedades de insectos que, como aspirante a famoso frente a cámara de casting de reality, se encandilaban con los reflectores. Entonces constatamos, y por eso consta en actas, que la gente que esperaba a Páez iba desde los cinco o seis años de edad -acompañados por sus padres- hasta cincuentones bien conservados -acompañados por sus novias jóvenes (¿miauu?)-, portadores incluso de algún tatuaje a la vista.
Aprovechando el impasse, pusimos proa al segundo escenario para alcanzar a ver y escuchar a Los Cafres con su himno "Si el amor se cae".

Volvimos sobre nuestros pasos hacia el escenario Arnet. Cuando los sonidistas tuvieron el control de la situación, Fito se sentó frente a las teclas blancas y negras, idem color de su traje, zapatos, calcetines y anteojos. Menos las canas y la remera (blancas), todo lo demás, negro. Lo mismo que el piano de cola, para un show que también traería cola.

El rosarino venía dispuesto a desenrrollar las partituras de "Rodolfo", su nuevo disco de sólo piano -todo lo contrario al anterior "El mundo cabe en una canción", en el que suena una banda a full-, pero parece que nadie le explicó que la productora que lo contrató hace tocar a otros artistas más al mismo tiempo y en el mismo club, porque esa es la gracia del festival.
Claro, mientras lo escuchábamos a él en el Arnet Música Stage, en el central estaba terminando su set Luis Alberto Spinetta y Los Cafres hacían los bises en el Personal Manía Stage, donde a continuación arrancó Cultura Profética continuando la descarga de reggae. Así, parecía que le mojaban la oreja a Fito cada vez que una canción suya se apagaba y se colaban entre los árboles los ecos de los otros artistas.

Vale decirlo de nuevo: salimos ganado. Al punto que Fito no se hizo rogar mucho para hacer bises, no obstante lo cual insistía con que "cuando me vean en la calle háganme acordar de esta noche, para ir a la casa de cada uno de ustedes a tocarles unas canciones en su piano". ¡Wake up!, sólo era una forma de decir, pero no estaría mal ponerlo en la lista de sueños... ¿o no?
Sincronicemos relojes. Son más de las once de la noche. El clima está agradable, no hace frío, tampoco calor. Pero estamos cansados de tanto caminar y/o estar parados. Porque no sólo de música vive el hombre. Había que mirar un poco lo demás.


También al costado del escenario principal se había montado un pequeño tablado denominado Motorokr Stage, reservado para las "Nuevas bandas", o sea las que resultaron ganadoras del concurso organizado por Personal y Much Music. Allí habíamos visto el viernes la buena actuación de Lymon Fiume -cuatro varones, cada uno en lo suyo, y una violinista de estridente vestido- y el sábado nos sorprendió la The Rock and Rule Swing Band, llegada desde Rosario con sus instrumentos desbordantes de música de los ´40 a los ´70. Pipí cucú, diría algún personaje del Negro Olmedo.

Retomemos. Después de Páez recalamos en la carpa de Prensa para cargar combustible y prepararnos para lo que se preveía como el gran final: el norteamericano Chris Cornell. Lo tendríamos a pocos metros, así que no había de qué preocuparse. Seguro lo veríamos y escucharíamos. ¡Y vaya si lo escuchamos!
No te podemos describir con palabras por escrito lo que fue la polenta de este chabón arriba del escenario. Un huracán de una hora y media, un tsunami en todo el predio fabricado a partir de dos guitarras, bajo, batería y una voz tan madura como expresiva, la de Cornell, ex cantante de Soundgarden y Audioslave, que fueron dos bandas representativas de los ´90 y la primera mitad de esta década -en ese orden-.
Entre los periodistas se construyó el perfil al día de este pibe: unos dijeron que el material que estaba presentando es su disco solista "Carry on", surgido a partir de la canción "You know my name" incluida en la banda de sonido de "Casino Royale", última peli de James Bond; otros aportaron que el chico proviene del movimiento grunge, potente propuesta rockera de la cultura Seattle; y hasta nos apuntaron algunas de las canciones de la noche: Black hole sun (de su época de Soundgarden), Spoonman, Cochise,
Algunos de sus temas rotan por estos días en el espacio Satélite Radio del 90.1, alertá a tus oídos para que disfruten a Cornell en RadioUrbana.
Diríamos que esta recomendación fue con el último aliento. El agotamiento ganó de nuevo esa noche pero sin lugar a ninguna duda el Personal Fest había sido una fiesta personal, porque cada uno pudo elegir su "line up", su menú de artistas, e ir a la búsqueda de "su" cartelera. No pudimos estar en todos los shows que queríamos, pero igual estamos conformes y satisfechos. Y aún, un poco cansados, felizmente, de tan preciosa maratón.
Visitá de nuevo este blog en breve, porque seguramente han quedado algunas apostillas enredadas entre estas teclas y otras estarán atrapadas todavía en la maraña de ropa en el bolso, que de tan cerrado que está parece estar esperando un nuevo destino ya listo para partir. Sólo espera que el celular suene de nuevo.
¿Hola?, ¿hola?... parecía que justo estaba sonando..., debe ser nuestra imaginación. O habrá que ponerle SODA, parece que puro hace mal. Pero SODA es lo que nos faltó este año, Personalmente hablando.
(Ojalá Gustavo, Zeta y Charly toquen una más, y no pedimos más. Por cualquier cosa, tenemos los teléfonos cargados y con crédito).
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