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domingo, 16 de diciembre de 2007

114) ESTABA TAN BUENA LA FIESTA...

...que duró dos noches!!

Así fue. El viernes 7 y el sábado 8 de diciembre se realizó en el predio del Club Ciudad de Buenos Aires -en la mismísima capital del país- el Personal Fest 2007.
Y estuvimos ahí para después, ahora, contarte todo, o por lo menos lo que alcanzamos a ver y oír, porque fue tanto lo que hubo que será un poco complicado. Pero no arrugamos. Aquí vamos.
En principio, corresponde agradecer a todos los que hicieron posible la presencia de RadioUrbana en este verdadero clásico en la primavera porteña: Dante Roncaglia, Leslie Colquhoun, Alejandro Alonso, Diego Fantini, Susana Menéndez y Hernán (de FAT), ¡a todos, muchisisisímas gracias!!!!. También para la gente de http://elconquistador.com.ar/, que nos atendió muy bien durante nuestra estadía allí.
Por otra parte, nuestro más caluroso abrazo para Marcelo Vincet y Karina que, como siempre, nos recibieron de la mejor manera en Buenos Aires ¡gracias amigos, de todo corazón!

DÍA 1 EN EL PERSONAL FEST:
Llegamos como a las 18:30 y la movida ya había comenzado. Lo primero fue pujar por una peluca -azul, como las de la promoción-, misión que no fue fácil. Los pintorescos personajes que esperaban al público en uno de los senderos de ingreso eran casi asaltados cada vez que se disponían a repartirlas, ¡todo el mundo quería una! Ellas y ellos, muy simpáticos por cierto, le daban la bienvenida a todos y así las pelucas, que en un momento ya eran de todos colores y formas, se acababan rápidamente.
El furor de las pelucas treparía hasta los mismísimos escenarios, según quedó a la vista cuando algunos de los artistas reclamban la suya para calzársela en la testuz y lucirla con desenfreno. Ya verás los resultados, en las próximas fotos.





Y mientras muchos pujaban por ponerse un colorido visoñé o implementos similares en la cabeza, Vicentico enfundaba sus manos en un par de guantes de softbol Rawlings de palmas blancas y nudillos negros, para empuñar con firmeza la jirafa del micrófono y el pintoresco bastón con el que entró a escena.
Así arrancó Gabriel su show, cuando todavía la tarde era luminosa. Considerando que el Personal Motorola Stage era el escenario principal, ése era un buen lugar para que cantara el ex vocalista de Los Fabulosos Cadillacs; pero no en ese momento... ¡éramos tan pocos!
Además, un rato antes el chabón había estado pispeando desde atrás de bambalinas y la tenía clara, las primeras filas estaban ya ocupadas por individuos de jeans y remeras cuatro talles más grandes que ellos, con gorras de beisbol o pañuelos atados en las cabezas. ¡Man!, ése era el público que esperaba la dosis de hip hop prometida!! y no precisamente a Vicentico poque aunque lo que bajaba de las tablas era un buen show, esos oídos no registraban ni pío (o algún que otro estribillo) lo que les cantaba el de la remera negra.
El acusado de no lavar sus jeans, o sea G. Fernández Capello, es decir Vicentico, cantó con ganas canciones como "Se despierta la ciudad", "Si me dejan" y "El tiburón", entre otras, sin dejar de hacer eje básicamente en los temas de su álbum solista "Los pájaros".
El fixture realmente lo ponía a uno entre la espada y el escenario, porque ¿cómo se podía hacer para estar viendo al mismo tiempo a Vicentico, a Moderatto y la Orquesta Típica Fernández Fierro, si estaban sonando casi simultáneamente en tres plató diferentes??? ¡Im-po-si-ble!
Así fue que cuando terminó el ex Cadillacs dejamos el Personal Motorola Stage y nos fuimos, mapa en mano, como andaban casi todos en el predio, al Personal Manía Stage para ver al combo del pibe con gorra de época Chaplin. Eran The Dandy Wharhols, que llegaron a Buenos Aires para presentar "Odditorium or warlords of Mars", su más reciente producción, una muy interesante serie de canciones que sorprendió y gustó a muchos, haciendo ver que se trata de una banda que según el Bebe Contepomi "podría ser definida como unos Velvet Underground de glam desarrollado", a lo que por nuestra parte agregaríamos la sensación de haber escuchado en ellos algunos rasgos de The Cure ("¡¡¡eso, eso!!!... a eso se parecía... ¡yo me quedé pensando que se parecían a algo, pero no daba con qué!", asintió un colega de Bahía Blanca en la combi que nos llevaría a la madrugada de regreso al hotel). Esta fue su primera visita al país, ojalá que no la última, aunque no será fácil movernos desde Jujuy para volver a ver a este buen cuarteto de Oregon. Entonces nos quedamos con sus canciones en la radio y con el recuerdo de haber visto a The Dandy Wharhols en vivo en un show sumamante agradable, logrado a todo rock y potencia.
A caminar de nuevo, ya con la noche a cuestas. El programa de mano -esta vez, un colgante al cuello con obleas circulares- ofrecía para ese momento los últimos tramos de Datarock en el Motorola Stage. Fuimos, vimos (al grupo, todos enfundados en joggings rojos), nos movimos (tecno al palo, con toda la onda) y volvimos (después de disfrutar las tres útimas canciones). Volvimos al Personal Manía Stage para encontrar a Phoenix, que recién arrancaba con su onda pop-rock.
¡Che, qué bueno esto! Debemos confesar que en nuestra mini colección de música de Francia esta banda no está, pero es promesa que algo vamos a conseguir, porque no podemos dejar de pasarlos en la radio. Los tipitos se declaran amantes del sonido ochentoso -en algún punto, lo de Phoenix trae recuerdos de Daft Punk-, su sonido fue excelente, fueron muy prolijos y todo estuvo en su lugar; tal vez por eso juntaron bastante gente delante de sus narices y fueron bien aplaudidos. Decían que entre el público había dos Miranda´s: Julieta Gattas y Ale Sergi.
Mientras unos estábamos en este derrotero, otros ya se iban poniendo un poco impacientes, más que nada en el escenario principal, porque aunque Tego Calderón (vestido de buzo negro, bermudas color crema, anteojos de sol y gorra) hizo las cosas bien y en su debut en Argentina se metió al público en el bolsillo -el puertorriqueño derramó ritmos latinoamericanos en su propuesta de reggaetón, logrando un set colorido y bailable-, lo que le siguió fue realmente como un chupete en la oreja. No por malo, sino por descolocado.
Pasó que contra lo anunciado, Gotan Project -con ese nombre, ¿hace falta explicar que hacen tango electrónico?- no tocó en el escenario más pequeño sino que fue "transplantado" al central, que había sido tomado como bastión del hip hop/reggaeton por los artistas que allí subirían a lo largo de la jornada.
Cuando los que esperaban a B Real se dieron en cambio con la tecnorquesta de Eduardo Makaroff, Philippe Cohen Solal y Christoph Müller, miles de signos de interrogación se asomaron sobre sus cabezas: ¿quiénes son estos?. De una, la cosa no encajó. A poco de comenzar, cuando la rechifla y las botellas de agua mineral voladoras eran signo de que ese no era su lugar, los músicos metieron violín en bolsa y dijeron que si los seguían despreciando, se iban. Los que no tenían gorra ni pañuelos atados a la cabeza, reflexionaron y los hicieron volver. Un par de temas más, de innegable calidad interpretativa como todo lo anterior, y de nuevo algunos botellazos sentenciaron que esa actuación no daba para más. Una verdadera lástima porque el grupo hacía muy bien lo suyo, pero ése no era su público.
Tanto se había hablado entonces de lo que venía, ya con evidente demora, que nos quedamos en la zona para ver qué era esto de B Real y el tal Snoop Dogg -a quien Vicentico insitía en llamar burlonamente "Snoopy" durante su temprano show-.
Sabrán, amigos, que no es un estilo musical que RadioUrbana cultive durante su programación, por lo que nos remitimos a lo que dijo el Bebe de ellos: "B Real, rapero norteamericano de descendencia latina, conocido en el mundo por ser el líder del grupo de hip hop Cypress Hill. Junto a sus amigos de la escuela Sean Dog y Mellow Man Ace formó dicha banda, que contó con gran cantidad de éxitos a lo largo de la década pasada. Como solista grabó dos discos: el primero ´Gunslinger´y el último ´Gunslinger Vol. II´".
Explicó también Contepomi: "Snoop Dogg es una de las figuras emblemáticas del hip hop, desde su irrupción en el mercado con ´Doggystyle´(1993), que alcanzó el primer puesto en su género y hoy es considerado un clásico. Se convirtió en uno de los más exitosos e influyentes raperos que no practican el estilo gangsta".
De la performance de B Real vimos un poco en la pantalla plana habilitada en la carpa de prensa, mientras tomábamos unas gaseosas que ayudaron a recomponer fuerzas después de tanto andar. La medianoche había quedado atrás y la combi que nos devolvería al hotel ya estaba esperando. Y don Snoop Dogg, ni fu ni fa. El cansancio generalizado en el grupo de periodistas pudo más y nos doblegó, tanto que levantamos vuelo antes de que el rapero blanco dijera chau.
Al día siguiente nos enteraríamos que un confuso episodio se había producido en el predio, más precisamente en el espacio del Personal Manía Stage, durante la tensa espera de que el divo llegue: Snoop Dogg apareció a la hora que todo debía haber terminado, y más tarde también. Entonces fue así que hubo alguna gresca, un pibe herido, corridas y tuvieron que apurar al morocho para que las cosas no pasen a mayores. Entonces subió, cantó y la noche pudo terminar encarrilada. Eso si, después se escuchó comentarios de toda índole, en todos los tonos y señalando a diferentes responsables.
La jornada del sábado sería una nueva oportunidad para vivir la música con otro ánimo. (Continuará)

POSTALES DE LA FIESTA DEL AÑO 1