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miércoles, 7 de marzo de 2007

61) LA VENDIMIA DE FITO

La madrugada estaba tranquila y sólo las sutiles órdenes del control remoto podían modificar la escena. Noticias van, recetas vienen..., cocodrilos que ya aburren y ninguna peli para ver... ¡Stop, pulgar!... ahí parece que has cazado algo en la pantalla del televisor. Una pareja de animadores -de poca destreza para la tarea- situados en un "plató" enorme, anunciando ¿a quién?, ¿de dónde?... ¡al rosarino dueño de aquellos muy hábiles diez dedos largos y flacos!!
Un poco antes de las tres de la madrugada, el mismísimo Fito Páez subía al escenario del Festival de Viña del Mar para deleitar al gran público chileno ¡salud! y por tv a toda América.
A pesar de la hora, el convite sí que era tentador. Y ahí nos quedamos entonces para ver cómo Rodolfo y su combo se las arreglaban para sacudir a los "trasandinos" que envueltos en bufandas rojas esperaron hasta esa hora su actuación. Y tuvieron lo suyo, gran recompensa, gran.
Para nada mal, te digo de una. La histórica "El amor después del amor" fue la primera canción disparada desde el piano y demás fierros y sin pausa nada más que para los aplausos le siguió "Enloquecer" -del flamante cd que tituló "El mundo cabe en una canción" (ver hoja urbana N° 6, de setiembre 2006)-, para desembocar en la emblemática "Yo te amé en Nicaragua".
Después de esto, la melena de rulos iba y venía en tan particular movimiento pendular con cada compás que la banda lanzaba al aire. Es que sonaba "Dar es dar" en una versión que tuvo notable despliegue de percusión y enérgicos riffs de guitarra eléctrica; el remanso vino con "11 y 6" sonando algo "soft" y en tiempo de bossa para ser un homenaje a Tom Jobbim, dicho por el propio dueño del Circo (Beat). La platea, sensible, agradecida por el clasicazo.
Para salir del éxtasis vino bien recuperar la compostura -o sea, el fervor- con ¡"Circo Beat"! también cantado por todos, a lo que siguió otro de los nuevos: "Eso que llevas ahí", para después invitar al escenario al guitarrista local Alvaro Henriquez -integrante de la banda "Los Tres"- para hacer juntos un eléctrico "Ciudad de pobres corazones". Y otro invitado sería de la partida en la siguiente canción: Rubén Rada acompañó en voces a Fito para hacer "A rodar la vida". Otra vez el público a full, cantando la poesía del rosarino de cabo a rabo, sin saltearse ni un verso.
La gente ni cuenta se dio a esa altura que ya había pasado más de una hora de show. Los bises completaron un menú más que sabroso, para chuparse los dedos. Cuando sonaron las primeras notas de "Te vi" se anticipaba un cierre fenomenal y el "monstruo" de la Quinta Vergara hizo escuchar su rugido cantando a capella la última estrofa, para un Páez embelsado con su logro. Los últimos aleteos en el escenario serían de su "Mariposa technicolor", para un final, literalmente, a toda orquesta.
Tanta entrega fue correspondida por el público -catarata de aplausos y vítores mediante- con una Gaviota de Plata y otra de Oro para el argentino que conquistó a los chilenos como el dios Pan, a pura música.
Finalmente dos nombres para destacar en la troupe de Fito: el maestro Osvaldo Fatorusso en percusión y la voz de Emme -la hija de Lito Vitale y Verónica Condomí- en los coros, ambos invitados especiales para esta presentación en Viña del Mar.