Un aire fresco envuelve la ciudad… somos parte del viento. En RadioUrbana, cada segundo de cada una de las 24 horas es concebido como un vehículo que lleva un mensaje. No son ondas puestas a vagar; son mensajes dispuestos a comunicar -recuerdos, informaciones, acordes y compases, sensaciones y noticias- un todo, una señal que se multiplica en códigos. A la vuelta de cada palabra, sonido y silencio, aquí habrá siempre un mensaje.

domingo, 31 de diciembre de 2006

42) UN TRÁMITE BUROCRÁTICO

No significa nada que hoy estemos desechando un calendario y esperando que las agujas se hagan una o el reloj digital marque "00:00". No significa más que un trámite burocrático, un paso administrativo, un hecho circunstancial.
Al punto que alrededor del mundo, no todos cambian de año esta noche.
Que digamos que hoy se termina un año es algo tan arbitrario que si no fuese por la mesa pantagruélica, los estruendos y los fuegos artificiales, el "vitel thonné" de la Tía Rosi -quién no tiene una Tía Rosi con "vitel thonné" incluído, ¿verdad?- y los programas especiales de la tele que casi nadie ve, no pasaría nada. Sólo se trataría de tirar a la basura un almanaque, acto que de hecho no nos hace ver diferentes, como sí lo haría una cirugía estética.
Cambiar de almanaque no significa nada. Nada. Es como dar vuelta una página, equivale a "que pase el que sigue", o "28... 28... ¿no está el 28? ¿se fue?, entonces atiendo al 29". ¿Escribí hasta el último renglón de la última hoja del cuaderno? ¡Compramos otro y listo! ¿qué tanta historia...? Eso es cambiar el almanaque.
Lo que puede pasar esta noche es que alguno de nosotros, o muchos, o todos, nos decidamos a cambiar el ánimo, cambiar nuestra actitud frente a las cosas que cotidianamente nos afectan, nos preocupan, nos aquejan, nos ocupan. Esto sí resultará significativo. Y ese cambio de actitud hacia un hemisferio positivo, puede ocurrir "mágicamente" esta noche, cuando rodeados de la familia y/o amigos nos deseemos mutuamente felicidades. Y comeremos "vitel thonné", o lo que haya servido a la mesa. No importa que sea poco o mucho. Aunque mejor sería que en ninguma mesa sea poco, y si en otras a simple vista es "mucho" en función de la cantidad de invitados, algo no está bien en esa relación comida/comensales: lo que sobra en una, seguro que saciaría el hambre de otras. Y eso, como muchas otras injusticias, habría que procurar cambiar, porque cambiar el calendario 2006 será fácil. Cambiar todo lo que está mal es mucho más complicado.
Tachar el casillero 31 es fácil; borrar el desgano, la maldad, la pereza o la comodidad de una vida fácil a costa de otros, es más dificil.
Y ni qué decir de la angustia, la tristeza, la soledad, el abandono.
Entonces, ya que esta noche hay que hacer el trámite administrativo de cambiar el calendario y somos muchos en la cola con el nuevo formulario en mano, juntemos firmas, o mejor reunamos buena voluntad, grandes cantidades de buena voluntad, y formemos una Asociación de Contribuyentes a la Causa del Bien Común, presidida por todos a la vez y cuya cuota societaria sería como mínimo una sonrisa.
Y aunque el 1 de enero es feriado, en esta Asociación igual se trabaja. No sea cosa que no nos alcance el almanaque para tantas cosas buenas que tenemos para hacer.