Un aire fresco envuelve la ciudad… somos parte del viento. En RadioUrbana, cada segundo de cada una de las 24 horas es concebido como un vehículo que lleva un mensaje. No son ondas puestas a vagar; son mensajes dispuestos a comunicar -recuerdos, informaciones, acordes y compases, sensaciones y noticias- un todo, una señal que se multiplica en códigos. A la vuelta de cada palabra, sonido y silencio, aquí habrá siempre un mensaje.

lunes, 20 de noviembre de 2006

29) Y TODAVÍA HABÍA MÁS...

Ya estamos de regreso en Jujuy y la verdad es que volvimos con los oídos llenos de música, además de cierto cansancio en el cuerpo por los dos días de Personal Fest y las (largas) caminatas que nos demandó la feliz experiencia.
Hoy corresponde repasar rápidamente lo que el sábado resultó la segunda noche del festival, que si bien por lo que se lee en el programa parecía que podía tener algún déficit de atractivo comparada con la primera jornada -"a los Black Eyed Peas no hay con qué darles", dijo alguien el viernes-, nada de eso se les ocurrió pensar a las otras casi 25 mil personas que poblaron el predio del Club Ciudad de Buenos Aires desde las cinco de la tarde hasta pasada la medianoche o hasta más tarde todavía -los que apagaron la luz y pusieron llave, porque se quedaron como hasta las dos de la madrugada haciéndole el aguante a los dj´s del escenario Motomix-.
Fueron entonces unas ocho horas de fiesta, con una propuesta ecléctica que, como la programación de RadioUrbana, no dejó afuera a nadie: mientras en un escenario hubo rock de los 80, en otro pasó el nuevo sonido porteño que enlaza tecno con bandoneón y contrabajo, sin dejar de hacer escala en el nuevo rock nacional y el chill out, hasta aterrizar por momentos en terrenos del house o del pop.
A esta altura, hay que reconocer algo: era imposible ver todo. Eran cuatro escenarios separados por algunos cientos de metros entre sí, y estaban programados entre cinco y seis artistas en cada uno. Así no había piernas que aguanten. Entonces hubo que elegir. Pero como hemos cruzado información con otros periodistas, intentaremos en esta y otras hojas urbanas, seguir repasando lo que se vivió en el Personal Fest 06.
Hay muchas, muchas fotos, un par de comentarios en particular y por qué no también alguna que otra anécdota para contar.
Algo en lo que nos vamos a detener un momento es lo que ya se mencionó en la hoja urbana 28 acerca del público, pero no esta vez para destacar lo joven -o adolescente e infantil- de muchos de los presentes en el predio, sino para señalar que esta noche también se vio grandes cantidades de cuarentones gustosos de poder ver en vivo por primera vez en Argentina a una de las bandas que iluminó la escena musical de los 80, los viejitos re-piolas de New Order, que Marcela presenta a veces en "80 sentidos" (L a V a las 11:00, 17:00 y 23:00 por el 90.1).
A Matías Martin -que estuvo en el Personal Fest para transmitir en vivo el show para una radio- le escuchamos decir, confesar, su gran admiración por el combo de Peter Hook y Bernard Sumner, y eso que Matías no llega a los 40 pirulos, aunque cada vez tiene menos pelo. Se te notaba a pesar de la gorrita, man.
Y otro que estaba muy bien informado sobre los que pisaban el escenario esa noche era Andy Kusnetzoff. Juntos contaban que New Order fue la consecuencia de un grupo inglés llamado Joy Division -aunque no dijeron que antes aún eran "Warsaw"-, que lideraba Ian Curtis. Deprimido y desorientado, Curtis decidió un mal día desconectarse de la vida y dejó abandonados a sus compañeros de ruta, que determinaron seguir juntos pero bajo un nuevo nombre, New Order.
El año pasado editaron "Waiting for the siren´s call" y hace poco sacaron un nuevo disco titulado "Singles", que viene a ser como aquellos "The Best Of...", pero este sí que es lo mejor de lo mejor de veintitantos años de carrera marcando caminos en el pop inglés.
En el show del sábado hubo temas de las diferentes etapas de la banda, que mostró a un Peter Hook paseando su melena de león por todo el escenario y empuñando el bajo con energía y verdadero entusiasmo, al punto de llegar al borde mismo del escenario para permitirnos sacarle a escasos centímetros las fotos que ilustran esta hoja urbana y a los camarógrafos tomarle las imágenes que se ve por la tele estos días.
Lo mismo Sumner, que se cantó todo, a full, disimulando con profesionalismo algunos problemas de sonido que asomaron promediando el set.
Esto de nuevo está largo. Pongamos un punto aquí y la seguimos en cualquier otro momento.

(PD: un MIL GRACIAS bien grande a Marcelo Vincet, querido amigo y locutor de primera línea a nivel internacional, y a la familia Staibano que nos atendieron de maravillas en este paso por Buenos Aires)